Los casales de Lerda

Los Casales de Lerda es un despoblado que se encuentra situado en el llamado Cerro de Lerda que hace frontera entre los municipios de Sangüesa y de Undués de Lerda. Este cerro alberga un despoblado, el cual se encuentra situado en su mayor parte en el término de Sangüesa. Sin embargo, algunas edificaciones y el cementerio del lugar se encuentran situadas en el término de Undués de Lerda.

Como su nombre indica este asentamiento tuvo que tener alguna vinculación con la villa de Lerda. En el trabajo «Undués de Lerda: entre reyes señores y abades» se establece que los casales de Lerda pudieran corresponder a un desdoblamiento poblacional que realizaron los habitantes de la villa de Lerda. No se tienen datos históricos al respecto, pero bien pudiera ser así debido a que las condiciones de habitabilidad de la villa de Lerda eran difíciles. Recordemos que la villa de Lerda se encuentra situada en el alto del monte de Santa Cruz a 857 metros de altitud. Este asentamiento, apropiado en épocas bélicas, sería menos apropiado en épocas de paz. Por ello, bien pudiera ser que en algún momento se produjera dicho desdoblamiento y algunos de los vecinos de la villa de Lerda trasladaran sus residencias a la parte baja del valle.

En esta página vamos a mostrar los principales hechos históricos y referencias que hemos encontrados relacionadas con los Casales de Lerda. Tenemos que indicar que muchas veces en la literatura histórica no se hace distinción entre la villa de Lerda y los Casales de Lerda por lo cual es muy difícil distinguir entre ambos asentamientos.

Origen de los Casales de Lerda

Restos de una de las edificaciones de los Casales de Lerda.

La relación de las santas mártires con Undués ha quedado reflejada en la iconografía del retablo del  altar mayor de la iglesia parroquial del lugar. Este retablo se realizó en el siglo XVII. Muchos siglos después del traslado de las santas reliquias a Leyre. Aún así, en el segundo piso de figuras de dicho retablo se pueden ver en la calle central las figuras de las santas. Estas figuras ocupan un lugar más prominente en el retablo que la propia Santa Eufemia, la patrona del lugar. Esto nos puede indicar un reflejo del influjo del monasterio del San Salvador de Leyre en la vida del lugar o bien que los habitantes de Undués estaban identificados con las santas posiblemente debido a que el descubrimiento de su sepultura lo veían como un hecho realizado por uno de sus propios vecinos.

No tenemos constancia escrita del origen de este asentamiento. La referencia histórica más antiguas que tenemos se remonta al siglo IX. En concreto, T. Moral Contreras en su libro «Leyre en la historia y en el arte» hace referencia a un habitante de los Casales de Lerda. Este personaje se llamaba Auriato. Según cuenta la leyenda a este personaje se le aparecieron en sueños las Santas Nunilo y Alodia, indicándole el lugar donde estaban enterradas. Estas santas habían sido martirizadas en la localidad de Adahuesca cerca de Alquezar (Huesca) a unos 160 km de distancia de Undués de Lerda. La cual se encontraba bajo dominio mulsulman en el siglo IX. Tras revelársele en sueños el lugar del enterramiento, Auriato, disfrazado de buhonero, ingresó en territorio musulmán y llegó hasta el lugar indicado, donde se encontraban los restos de las santas. Estas santas reliquias fueron trasladadas al monasterio de Leyre en el año 880 bajo el patrocinio del rey García Íñiguez. Estas reliquias desataron un gran fervor entre los fieles próximos al monasterio y entre los reyes Pamploneses. Esto hizo que Leyre adquiriera un gran poder en esta temprana época de su fundación.

Cista del cementerio de Serramiana

 Otro dato que nos puede indicar la temprana formación de los Casales de Lerda, así como su conexión con los otros asentamientos del Vallecico de Lerda, es su cementerio. En la falda del cerro que se encuentra al otro lado de la carretera haciá Undués se pueden apreciar unas pocas tumbas denominadas cistas. Son cuatro lajas de piedra colocadas verticalmente y hundidas en el terreno que servían para delimitar la tumba y albergar restos humanos. Estas tumbas fueron usadas desde la época megalítica hasta los visigodos. Son similares a las que se encuentran en el cementerio de la Villa de Serramiana y a restos de campo santos descubiertos en las inmediaciones del embalse de Yesa. Podrían tratarse de tumbas paleocristianas o protovisigodas (siglos V – VIII d.C.). Esto nos puede indicar la antigüedad del despoblado y su poblamiento en tiempos de Auriato en el siglo IX.

Los casales de Lerda en la Historia

Restos de edificios de los Casales de Lerda

Muy pocas son las referencias históricas directas que tenemos de este despoblado. Desde la leyenda de Auriato en el siglo IX no tenemos más datos hasta finales del siglo XIII. Así, desde el año 1282 hasta 1375 se produjeron hasta tres invasiones de los ejércitos Navarros que entraron por el Vallecico de Lerda y que devastaron la villas de Lerda, los Casales de Lerda y Undués de Lerda. En el documento firmado por las infanzones de Undués y la villa de La Real en 1315 se hace notar que la villa de Lerda ya estaba despoblada desde hace tiempo. Por ello cuando se constata que en la invasión de 1375 se devastó Lerda, bien pudieran ser que se refiera a los Casales de Lerda. De cualquier manera parece que a partir de 1375 tanto Lerda como los Casales de Lerda se quedaron ya deshabitados.

En los siglos XV y XVI tenemos otras referencias históricas sobre los Casales de Lerda. Así, durante los siglos XV y XVI se produjo un grave problema administrativo entre los habitantes de Sos y Sangüesa sobre la explotación de las tierras y pastos correspondientes a la villa de La Real. Los Casales de Lerda fueron mencionados en dicho conflicto. Hacia 1485 había continuas disputas entre Sos y Sangüesa por los territorios de la villa de La Real. Sin embargo, la situación se complicó un poco más  ya que entró en esta disputa el señor de Javier, D. Martín de Azpilicueta, padre del santo misionero. D. Martín argumentó que se creía con derechos sobre los pastos de la Real debido a que tenía una borda en los Casales de Lerda. Para solucionar estas disputas intervinieron las más altas instancias oficiales de los reinos de Aragón y Navarra. El problema se agravó años después. La sentencia arbitral firmada por el rey Fernando, el Católico, en 1514 estableciendo el deslinde de los territorios de La Real y restableciendo a Undués de Lerda como lugar de realengo hizo de nuevo que el señor de Javier reivindicara sus derechos de pasto en el antiguo territorio de La Real, basándose en que se consideraba vecino de los Casales de Lerda por tener una borda en dicho lugar. D. Martín suplicó al rey que no fuera despojado de tan antiguos derechos que había heredado de sus mayores. El propio Rey contestó dicho requerimiento el 22 de Septiembre de 1516. Se refirió a D. Martín como su «amado consejero» y le negó esos derechos de pasto ya que la posesión de una granja en un lugar como los Casales de Lerda, abandonado desde hacía mucho tiempo, no le concedía los derechos que reclamaba. Una vez más este dato histórico indica que los Casales de Lerda estaban abandonados en el siglo XVI y desde hacía mucho tiempo. 

Esta es la última referencia que tenemos sobre el lugar. Suponemos que una vez despoblado, posiblemente tras las invasiones de los siglos XIII y XIV, quedarían las edificaciones abandonadas y serían usadas como bordas o corrales para el ganado hasta que con el paso de los años se fueron derruiendo. Es así como se pueden ver ahora.

Los casales de Lerda en la actualidad

En la actualidad, si nos acercamos al cerro de Lerda, donde se ubican los Casales de Lerda no veremos más que un montón de piedras. Se pueden apreciar piedras amontonadas y restos de paredes diseminadas por todo éste cerro. Como en la villa de Lerda y Serramiana las edificaciones eran de piedra de la zona. No se aprecian  restos de teja o ladrillo, por lo que suponemos que las casas estaban construidas íntegramente con piedra. Al otro lado de la carretera hacia Undués de Lerda se encontraba ubicado el camposanto del lugar. Aún hoy se pueden encontrar algunas tumbas denominadas costas que nos indican el antiguo pasado del lugar.

Merece la pena un paseo por dicho lugar para que seamos conscientes de la riqueza histórica que atesora el pueblo de Undués de Lerda.