Ruta al pueblo de Ruesta

Ruesta es un pueblo, hoy abandonado, situado a unos 11.5 km al NE de Undués. Los dos pueblos han mantenido una importante relación a lo largo de su historia milenaria. Ruesta se encontraba situado a la la orilla del Río Aragón y su afluente el río Regal. Desde su construcción en el siglo IX este enclave fue concebido como plaza defensiva, primero por los musulmanes y posteriormente por los reyes de Pamplona y de Aragón. La construcción del embalse de Yesa en la primera mitad del siglo XX hizo que parte de su término municipal fuera inundado. Por ello, los campos y casas del pueblo fueron expropiados en los años 60, esto hizo que los vecinos tuvieran que irse forzosamente a residir a los nuevos núcleos de población que se crearon en la zona de regadío del Canal de las Bardenas.

Aún hoy, después de varias décadas de abandono, se puede apreciar el casco urbano del antiguo pueblo, presidido por su majestuoso castillo que, en su actual estado, data del siglo XI. Aunque se tienen datos de que ya en el siglo IX existía en este lugar una atalaya defensiva. Esta milenaria construcción ha servido de muro de contención de varias invasiones, desde la de Almanzor a finales del siglo X (999) hasta las realizadas en el reino de Aragon por las tropas Franco-Navarras durante el siglo XIII.

El paseo hasta Ruesta es muy agradable presentando diferentes paisajes por los que el caminante puede disfrutas de unas excepcionales vistas de la Valdonsella, la canal de Berdún y los montes pirenáicos. Podemos catalogar esta ruta como de dificultad media. El paseo hasta Ruesta nos llevará unas 2 o 2.5 horas por caminos, en general, de fácil tránsito.

Conexión entre Undués y Ruesta

El camino que une Ruesta con Undués es uno de esas sendas milenarias por las que han transitado los vecinos y visitantes de estos dos pueblos. Esta senda ha servido de nexo de unión entre las dos localidades como así lo refleja la documentación histórica. En particular, este camino es parte del Camino de Santiago. Esta ruta milenaria ha hecho de canal cultural a lo largo y ancho de toda la región. Reflejos de esta peregrinación los podemos encontrar en las orillas de este camino, en la llamada ermita de Santiago o de San Jacobo situada a las afueras de Ruesta. Esta ermita albergó un albergue para peregrinos. El edificio ha sufrido varias reconstrucciones a lo largo de su historia, pero posiblemente su estructura más antigua data de principios del siglo XI. Una de las características principales del templo es su planta que dibuja una cabecera plana y con separación entre la nave y la cabecera.

El camino que une Undues con Ruesta ha servido también de unión social y económica entre las dos localidades. Fruto de esta relación podemos encontrar que entre las familias de Undués uno de los apellidos más populares a lo largo de la historia es el de Ruesta. Este apellido patronímico refleja la procedencia de algunos de los linajes más antiguos de Undués.

La historia ha propiciado también que en diversas ocasiones este viejo camino haya sido transitado por causas relacionadas con los diferentes conflictos bélicos que han asolado la región. En particular, el camino entre Undués y Ruesta fue transitado en varias ocasiones por los ejércitos franceses o las tropas españolas durante la guerra de la Independencia de principios de siglo XIX. Cuando los ejércitos querían pasar de la zona de la Valdonsella a la canal de Berdún sin ser vistos utilizaban la ruta de Undués a Ruesta. En uno de estos tránsitos se produce un enfrentamiento en Undués entre tropas Francesas y españolas. En concreto el 17 de Mayo de 1813 se encuentran en Undués los dos ejércitos. En la escaramuza las tropas francesas producen 5 heridos y hacen 2 prisioneros en las tropas aragonesas.

Descripción de la Ruta

Abandonamos el pueblo por la zona del Lavadero. A ambos lados del camino podemos ver eras y pajares, los cuales hoy no tienen uso. Sin embargo, fueron muy usados hasta bien entrado el siglo XX.

En particular las eras del lugar eran uno de los escenarios principales del trabajoso proceso de la siega que tenia lugar todos los veranos. En ellas se realizaba la trilla y era donde definitivamente se extraía el trigo y se separaba de la paja. Transitamos en esta zona por un camino que en algunos puntos se puede ver que está empedrado. Este tramo del camino hasta la zona de la Chorrota esta catalogado como una calzada romana. En esta zona presenta una conservación muy deficiente pero pasado el barranco se podrá apreciar mucho mejor su estructura.

Cerca ya del barranco pasaremos junto al corral de Arbea, una hermosa edificación popular que aún alberga hoy un pequeño rebajo de ovejas. A la altura del corral la cuesta se hace muy empinada, las piedras del empedrado del camino casi han desaparecido y se dejan ver muy claramente los efectos de la intensa erosión. Cuando llegamos a la parte llana atravesamos el barranco de bala y llegamos, unos pocos metros más allá, a la llamada pasada, que es por donde se atraviesa el barranco del lugar. Este pequeño riachuelo lleva agua todo el año y es uno de los dos principales cauces de agua que drenan el Vallecico de Lerda, vertiendo sus aguas en el mismo río Aragón. Su caudal es el que, aún en nuestros días, abastece de agua potable al municipio de Undués. Durante siglos las gentes del lugar bajaban hasta este lugar del barranco para conseguir agua de boca, lavar sus ropas o abrevar a sus animales. El caudal de este riachuelo varía mucho a lo largo del año. Así, son las estaciones de Primavera e Invierno cuando puede ser más difícil atravesarlo.

Tras pasar el barranco podemos ver a mano derecha una fuente hoy seca. Es la llamada fuente del lugar. A esta fuente acudían las gentes de Undués a por agua antes de que a mediados del siglo XX se canalizara la procedente de la fuente del Secretario que es el manantial que abastece el pueblo actualmente. Desde que pasamos el barranco comenzamos a ascender una pronunciada pendiente que nos llevará hasta la parte alta del municipio conocida como la Sierra. Al principio vemos de nuevo que el camino es empedrado. Segimos transitando por la calzada romana de Undués. Este es el trozo de calzada que está mejor conservado. Transcurridos unos 200 m desde el cruce del barranco vemos una pronunciada curva a mano derecha. Es allí donde oiremos un pequeño salto de agua, el cual dejaremos a mano izquierda. Este lugar se llama la fuente de La Chorrota. Este agua no procede de ningún manantial, simplemente brota como consecuencia de las filtraciones de la acequia del lugar y que discurre escasos metros más arriba.

A unos 50 m desde la Chorrota y transitando por la calzada romana llegaremos hasta la acequia que riega los huertos del lugar. Desde aquí podemos ver una bonita estampa de la cara Este del pueblo de Undués de Lerda.

Pasada la acequia ascendemos por una angosta senda, estamos en el llamado cerro de Ciriaco. Esta senda va a parar a un amplio camino, de nueva construcción, que procede de la parte de Bayatalo y que asciende hasta la Sierra. Desde la acequia hasta el camino hemos recorrido unos 600 m. Al encontrarnos con el camino lo tomaremos hacia la derecha en dirección ascendente hacia la Sierra.

A poco más de 1 km de distancia pasaremos junto a otro hermoso corral, el llamado corral del Areso. Típica construcción ganadera de la región que consta de dos principales estancias: la barrera y la zona cubierta del edificio. Siguiendo por el camino, a unos 100 m de distancia, podemos ver a mano derecha un campo de cultivo. Al final del mismo se sitúa otro corral ganadero denominado el corral de Martinico de la Sierra. Nada más pasar el corral de Martinico nos encontraremos con un camino que sale a mano derecha. Si tomamos este camino nos encontraremos a unos 800 metros con una de las joyas de la arquitectura popular de la region, nos referimos al corral de Malruesta. Esta construcción tiene de peculiar que su nave techada presenta arcos de piedra en lugar de pilares para soportar el tejado a dos aguas. Esta característica arquitectónica le confiere una majestuosidad especial que no se ve frecuentemente en edificios dedicados a labores populares. Es uno de los pocos corrales de la región que presentan estas características.

El pueblo de Undués cuenta con unos 70 corrales de ganado ovino distribuidos por todo su territorio. Esta extensa infraestructura, hoy abandonada en su mayor parte, sirvió hasta la segunda mitad del siglo XX para albergar a la numerosa cabaña ganadera que tenía el municipio. Unas 2500 cabezas de ganado ovino pastaban por todo el municipio. Era rara la casa que no tenía alguna cabeza de ganado. Hoy los corrales están semiderruidos, apareciendo sus esqueletos diseminados por todo el municipio. Son como fantasmas de otros tiempos que nos hablan sobre el pasado de nuestro pueblo. Una visita a estos lugares no enseñará como era el trabajo que realizaban nuestros antepasados, y nos ayudará a comprender mejor la vida del pueblo en los siglos pasados. Muy diferente a la que hoy estamos acostumbrados a ver. Podes encontrar información sobre los corrales de Undués en la página titulada «corrales de ganado del municipio de Undués».

Continuando por el camino principal, llegaremos a la llamada balsa de Arruga. El agua de dicha balsa procede del manantial que lleva el mismo nombre que se encuentra junto al camino. En Primavera y en Invierno es cuando podremos ver más agua en la balsa.

Merece la pena hacer una parada junto a la orilla de la balsa y mirar hacia el Oeste donde presenciaremos unas hermosas vistas del Vallecico de Lerda. Estamos en este lugar a una altitud de unos 800 metros y queda poco para llegar a la parte alta de la Sierra de Undués.

Todo el camino que hemos recorrido se encuentra entre campos de cultivo y presenta una vegetación típica que consiste en pequeños arbustos como aliagas. Apenas hay árboles. Sólo algunas matas de coscojo y alguna encina perdida se pueden ver por los alrededores. En las laderas del camino también crecen abundantes zarzas y matas de gorrillones. Los cuales producen unos frutos que cuando maduran en Invierno presentan un intenso color rojo. En primavera y principios de verano se pueden ver abundantes flores. Especialmente matas de manzanilla que presentan vistosas flores de color amarillo intenso.

Unos 700 m desde la balsa de Arruga, el camino se encontrará con una pequeña carretera recientemente asfaltada que se denomina La Cañada. Su propio nombre nos indica que esta ruta era utilizada por las gentes del lugar para el tránsito de sus rebaños hacia los montes del Pirineo en la estación estival. Al llegar a este punto la vegetación que nos rodea cambia por completo, nos encontraremos con un frondoso bosque de pinos. Hemos recorrido unos 5.5 km desde el inicio de la ruta y estamos a unos 900 m de altitud. La parte más elevada del recorrido y del municipio de Undués. Tomaremos La Cañada hacia la izquierda. Transcurridos apenas 50 m nos encontraremos un camino que sale a nuestra izquierda. Tomaremos este camino que nos llevará el pueblo de Ruesta.

El camino a partir de este punto comienza a descender. Es ahora cuando podemos disfrutar de la ruta. Transitamos entre un frondoso bosque de pinos. Entre los claros que tiene el bosque podemos ver maravillosas vistas de la canal de Berdún y de los montes Pirineos.

Transcurridos 1.9 km desde que tomamos el camino en lo alto de la Sierra de Undués, veremos en una pronunciada curva a la izquierda de la que sale una senda a mano derecha. Si la tomamos, nos encontraremos a unos 100 m el llamado corral de Fenarol. Esta construcón ganadera popular es también digna de ver por su arquitectura singular. Presenta arcos de piedra en lugar de pilares para soportar el tejado. Sin embargo, estos arcos son muy diferentes de los del corral de Malruesta. Esta construidos con piedras sin trabajar puestas de canto unas junto a otras. Además presenta la característica que en lugar de tablas de roble situadas entre los maderos del tejado para soportar las tejas, aquí se pusieron palos de boj que tienen una gran resistencia. Estas características nos pueden indicar que esta edificación es más antigua que la del corral de Malruesta o bien que sus constructores usaron técnicas de construcción más funcionales.

Seguimos descendiendo por el camino entre los pinos, los cuales desaparecen bruscamente a unos 1.6 km desde el desvío del corral del Fenarol. Nos encontramos con una extensa campa y 100 m más allá encontraremos un camino perpendicular al que transitamos. Tomaremos este camino a mano derecha.

El camino se adentra de nuevo en un frondoso bosque. Pero esta vez formado por encinas, coscojo y robles. Transcurrido 1 km nos encontraremos con otro camino que tomaremos a mano izquierda. Nos encontramos próximos a la carretera que une las localidades de Sos del Rey Católico con Ruesta. Siguiendo esta carretera podríamos llegar al pueblo de Ruesta. Sin embargo, es preferible por su belleza seguir el camino. En esta zona transitamos muy cerca Del Río Regal, el cual podremos ver, entre los claros del bosque mediterráneo que nos rodea, a mano izquierda del camino. Seguiremos por este camino durante 1.4 km. En ese punto nos encontraremos con una senda a mano izquierda, la cual tomaremos en dirección hacia el río Regal. Es una bonita senda rodeada de una frondosa vegetación.

Al poco de transitar por la senda, nos encontraremos con una ermita. Se trata de la ermita de Santiago o de San Jacobo, la cual aparecerá a mano derecha del camino. Merece la pena pararse unos minutos para contemplar esta edificación que en otro tiempo llegó a ser Hospital de peregrinos y que custodia esta ruta milenaria,

Pasada la iglesia atravesaremos varias construcciones modernas abandonadas que formaban parte del camping de Ruesta, el cual estuvo abierto hasta hace pocos años. El río Regal esta muy próximo y oiremos sus aguas. Muy pronto veremos un puente de madera que usaremos para atravesar el río. Desde el puente tendremos unas hermosas vistas del cauce del río y del embalse de Yesa, con la sierra de Leyre al fondo. También podremos ver algunas edificaciones de Ruesta, sobre todo la majestuosa torre de su castillo. Nos encontramos a tan solo unos 300 m de llegar al pueblo de Ruesta. Al otro lado del puente se inicia una angosta y empinada senda entre una frondosa vegetación de robles y encinas que nos llevará hasta las primeras casas del pueblo. Dejaremos a mano derecha dos fuentes que aun hoy en día tienen agua procedente de los manantiales del lugar.

Transcurridos unos 300 m desde el río llegamos a Ruesta. Nos encontramos en la zona del albergue de peregrinos. Merece la pena dar un paseo por las calles abandonadas para admirar la arquitectura popular del lugar. Nos daremos cuenta de lo que fue este maravilloso pueblo hoy sumido en el olvido y en el abandono.

Sirvan estas lineas para hacer un homenaje a este pueblo y a sus habitantes que residieron aquí durante más de un milenio.

La ruta en imágenes