Ruta al Paco de la Guardia

Esta ruta la hemos denominado la ruta del Paco de la Guardia ya que termina en la cima del cerro que lleva este nombre.   Este paseo tiene una longitud de unos 3 kilométros (ida y vuelta) y se puede realizar a pie en aproximadamente 30 – 45 minutos. Esta ruta es lineal, comienza en el pueblo y termina en el alto del Paco de la Guardia, tendremos que hacer el regreso por el mismo camino de ida.

No tenemos datos sobre el significado del nombre del topónimo. Sin embargo, sí hemos encontrado documentación que data del siglo XVIII en la que consta que el pueblo, cuando se le requería,  apostaba hombres para vigilar los caminos. Por ello el nombre del Paco de la Guardia (a veces tambien llamado Paco de la Guarda) se puede referir simplemente a un punto de vigilancia que se había establecido en el lugar. Cuando lleguemos a su cima nos daremos cuenta de la excepcional vista del territorio circundante que se tiene desde allí. Por eso no es de extrañar su nombre.

Descripción de la ruta

Hay varias formas de ascender a lo alto del Paco de la Guardia. Hemos elegido la ascensión por su cara Este, que es la más cómoda.

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Vista de Undués desde la cima del paco de la Gardia

Comenzamos nuestro camino en la rotonda a la entrada del pueblo. Tomamos la carretera en dirección a Sos del Rey Católico. A unos 150 m nos encontraremos con la ermita de Santa Eufemia y una nueva rotonda. Es aquí donde tomamos la carretera en dirección a Los Pintanos.

Inmediatamente después de haber tomado esta carrereta, dejaremos a mano derecha el llamado corral de Martinico. Este corral presenta una parte vieja y otra nueva. La parte vieja consta de una pequeña barrera y una zona cubierta. La estructura nueva del corral es una moderna nave de grandes dimensiones destinada a garaje de maquinaria agrícola. Cercana al corral se encuentra la denominada balsa de Martinico donde se almacena agua procedente de la lluvia.

Pasado el corral, a unos 100 metros, nos encontraremos a mano derecha con el nevero medieval de Undués de Lerda. Transitando por la carretera veremos unos letreros explicativos del edificio, el cual está situado en un montículo a unos 50 metros de distancia. Merece la pena hacer un alto en el camino para entender lo que significaba la producción de hielo en tiempos pasados. Incluso nos podemos asomar a la puerta de dicho nevero para ver la hermosa bóveda con arco cruzado de piedra que presenta en su techumbre.

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Detalle del arco de la bóveda del nevero

Siguiendo por la carretera dejaremos a mano izquierda el cementerio del lugar. Este campo santo fue construido en la segunda mitad del siglo XIX. Anteriormente las sepulturas de los Unduesinos se realizaban en el llamado cementerio viejo, situado contiguo a la Iglesia de San Martín de Tours, o dentro de la misma iglesia.

Continuamos por la carretera hasta que encontremos un desvío a mano derecha. En este punto sale un camino de tierra. Esta ruta era por donde antiguamente se iba a la cercana localidad de Urriés. Continuamos por este camino unos 50 metros hasta llegar al desvio que va hacia un campo de cultivo cercano. A partir de allí nos dirijiremos,  campo a través, hacia el pico del cerro. En esta zona de la ruta no hay camino, tenemos que pasar a traves de la vegetación de la zona que está principalmente formada por arbustos espinos llamados aliagas. Estos arbustos se llenan de de flores de un intenso color amarillo durante los meses dela primavera. Se pueden apreciar entre la vegetación pequeñas sendas hechas por animales salvajes. Si transitamos por ellas nos harán más fácil el camino.

El cerro tiene tres cimas. La primera que nos encontraremos es la cima más alta. En ella, entre el coscojo que nace en el mismo pico, podemos encontrar un mojón geodésico que indica la altitud del lugar (691 m). La cima más distante a este punto es la mas baja y en ella se pueden ver una pequeñas encinas. Estos árboles son atalayas excepcionales para pájaros de grandes dimensiones. En concreto, algunas veces se pueden ver allí posada una pareja de águilas reales.

Desde cualquiera de las tres cimas se pueden contemplar unas vistas excepcionales. Si miramos hacia el sur, la Val d’Onsella nos aparecerá en todo su explendor. Limitada al sur por la sierra de Peña que se continúa hacia el Este por la sierra de Petilla de Aragón. Entre la vegetación de esta cadena montañosa podremos apreciar como se elevan sobre ella las torres del castillo de Roita. Edificación defensiva de origen musulmán y conquistada en el siglo X por el rey de Pamplona Sancho Garcés.  Al Este, el valle esta cerrado por la sierra de Santo Domingo (1525 m), lugar donde nace el río Onsella. El valle es fértil y esta lleno de campos donde se cultiva cereal, principalmente trigo y cebada. El paisaje cambia mucho con las estaciones. En primavera es cuando el valle muestra su cara más bonita, cuando el cereal aún está verde y las plantas silvestres explotan en un abanico de colores. Mirando hacia el norte tendremos ante nosotros una impresionante vista de Undués y de todo el vallecico de Lerda. Mas al norte, coronando el paisaje, aparece la majestuosa sierra de Leyre (pico de Arangoiti 1356 m).

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Flores silvestres en la cima del Paco de la Guardia

El río Onsella es afluente del río Aragón y se une con éste en la cercana localidad de Sangüesa. Los valles del Onsella y de Lerda se unen en un solo valle para continuar, más al Oeste de Sangüesa, por el llamado valle de Aibar. Toda esta depresión se cierra hacia el Oeste por la sierra de Cáseda y de San Martín de Unx. En ese extremo occidental se puede apreciar el pueblo medieval navarro de Ujue.

En total, desde Santo Domingo hasta la sierra de San Martín de Unx hay una distancia de unos 50 km en línea recta. El Paco de la Guardia se encuentra situado aproximadamente en medio de este gran valle de Aibar-Onsella. Por ello las vistas tan excepcionales que se tienen de esta gran depresión. Es un balcón al que asomarnos en el centro de este gran valle y desde el que podemos divisar toda esta zona. Y por ello su nombre, una atalaya privilegiada desde la que se divisa todo el territorio circundante. Es ahora cuando el nombre de este topónimo adquiere sentido.