Corrales de ganado del municipio de Undués

Situación de los corrales    Fotografías y rutas a los corrales


Importancia del ganado ovino en la economía del lugar

El ganado ovino ha sido desde siempre una parte fundamental de la economía de las familias de Undués. Prácticamente todas las casas del pueblo tenían rebaños de ovejas o cabras más o menos numerosos que les proporcionaban carne y leche durante todo el año. La ganadería se entendía como un complemento a la agricultura. Los ganados se alimentaban en los campos propiedad de las familias. A su vez, los rebaños hacían las tierras más fértiles estercolándolas cuando las pastaban. Agricultura y ganadería han sido los dos pilares fundamentales de la economía del lugar durante siglos. Estas dos actividades económicas han sufrido importantes transformaciones desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días. Estas transformaciones han hecho que la rica ganadería del lugar este hoy en día al borde de la extinción. Sirvan estas notas para entender mejor como fue esta actividad tradicional y para comprender el gran número de corrales que se pueden ver por todo el municipio de Undués de Lerda.

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Corral de Respún

La ganadería ovina que tradicionalmente se ha realizado en el lugar ha sido de tipo extensiva. Los rebaños se alimentaban de los pastos que había en el término municipal de Undués. Las cabezas de ganado cambiaban de unos pastos a otros dependiendo de la época del año. Por ello se necesitaba de una amplia red de corrales situados a lo largo y a lo ancho del municipio. En el pueblo había una cabaña ovina de 2000 – 2500 cabezas que utilizaban los casi 80 corrales que tenemos catalogados en el municipio. Presentamos aquí galería de fotos de los corrales. Este mapa presenta su ubicación y posibles rutas para llegar a ellos.

Estructura principal: barrera y recinto techado

Como las casas del pueblo, los materiales de construcción de los corrales son madera, piedra y barro del lugar. Las gruesas paredes de piedra se levantaban siguiendo la misma técnica de mampostería que se utilizaba para las casas.

Todos los corrales tienen dos elementos arquitectónicos fundamentales: la barrera y el recinto techado. La barrera consiste en un cercado de paredes altas de piedra la cual se encuentra o bien en la parte de acceso al corral o a un lado del recinto cubierto. La barrera servía de protección a las reses, sus paredes elevadas impedían el acceso de depredadores o que las cabezas de ganado pudieran abandonar el recinto. Servía para que los animales descansaran  y para realizar labores de manejo de los mismos.

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Barrera del corral de Iso de las Navas

El reciento cubierto del corral era de forma rectangular. El tejado estaba cubierto por teja de barro fabricada en el municipio. La teja se asentaba sobre una capa de tierra y tablas generalmente de roble. La tierra hacía las veces de aislante y servía para igualar las irregularidades que presentaba el tejado. Las tablas del tejado se apoyaban sobre robustos maderos también de roble. Algunos de los corrales más antiguos que hoy conservan trozos de tejado sin derruir se aprecia que la tabla de roble era sustituida por palos de boj. El boj en la región crece en forma de arbusto de aproximadamente 2 metros de altura. Su madera es de una gran dureza y resistencia haciendo que sea un material ideal para soportar el peso de las tejas de los tejados.

El tejado podía estar construido a una o dos aguas. En los tejados de una sola vertiente los maderos descansaban sobre las robustas paredes de carga del edificio. Los corrales con tejados con dos vertientes tenían pilares de piedra en el centro para colocar los puentes centrales sobre los que partían las dos aguas del tejado. El recinto cubierto era diáfano, sin ninguna división. Los pastores en algunas ocasiones hacían algunas divisiones mediante separadores de madera llamados queletas. Estas divisiones servían  para apartar del rebaño a determinados animales que necesitaban un cuidado diferente (ovejas paridas, corderos, animales enfermos, …). La ventilación de esta parte cubierta se realizaba mediante ventanas tipo troneras. Además, la comunicación entre la barrera y la zona cubierta se hacía por medio de grandes portalones por los que los animales circulaban libremente. Generalmente los corrales estaban orientados en dirección Este-Oeste con la zona de la barrera al Sur de los mismos. Esto permitía protegerlos del cierzo, el viento dominante en la zona de Undués, que rola de Oeste a Este.

Otras estructuras de los corrales

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Corral de Malruesta

Además de estas dos estructuras fundamentales, algunos corrales tenían caseta para pastores y cuadras para animales de carga. Casi siempre estas casetas estaban situadas en aquellos corrales más alejados del pueblo en los cuales los pastores pasaban largas temporadas. La caseta era un simple cuarto con espacio para un pequeño catre y un rudimentario fogón situado en una de las esquinas.

El corral era el centro de la actividad ganadera. Algunos de ellos eran parte de una finca. Así, el corral y los campos de alrededor pertenecía a una misma familia. Estos corrales solían tener cerca una era e incluso un pajar. Las familias se trasladaban a estos corrales en la época de la siega y era allí donde se realizaba todo el proceso de la recogida del cereal.

Elementos arquitectónicos singulares

Algunos corrales presentan elementos arquitectónicos especiales que los hacen singulares. Así el corral de Malruesta presenta una trama de arcos de piedra para dividir las dos aguas del tejado. El corral de Anselmo de Solanos presenta una combinación de pilares y arcos. Estos arcos haces de estos corrales edificios singulares de gran belleza.

Otra estructura singular es el pilar que tiene la barrera del corral de Anselmo de Solanos. Este pilar no soporta ningún tipo de estructura, simplemente esta construido sobre la barrera pegado a la pared del recinto techado. La labor que realizaba sería la de impedir el acceso del ganado caprino al tejado del corral.

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Portal de acceso al corral de Padul

Hay grupos de corrales que comparten características arquitectónicas comunes. Estos grupos de corrales pertenecian a familias diferentes, lo cual indica que la construcción de los mismos se realizaba siguiendo unos cánones tradicionales que diferían de una casa a otra. Por ejemplo, los corrales que pertenecían a la llamada casa de la Leonisa presentan una pared de piedra para dividir en dos cuerpos el recinto techado. En este caso los tejados a dos aguas se asentaban no sobre pilares o arcos, era esta pared divisoria la que hacia de muro de carga para dividir las dos aguas del tejado. Ejemplos aún visibles son los corrales de la Leoniza de Puyalón y el corral de la Leonisa de la Sierra. Los corrales de casa de la Gertrudes presentaban como característica principal un amplio portalon que daba acceso a la barrera y al recinto techaco. Aun se pueden observar los portalones que presentan el corral de Padul o el corral de Santo Tornil, ambos pertenecientes a esta casa.

De los casi 80 corrales que hay en el término de Undués, solo un puñado de ellos se utilizan hoy en día. El resto se han ido desmoronando con el paso del tiempo y la falta de mantenimiento al perder la utilidad económica que tenían anteriormente. Hoy sólo quedan sus restos, los cuales se pueden ver diseminados por el término municipal como si fueran pecios de naufragios pasados. Algunos de ellos apenas son visibles como consequencia de la abundante vegetación que los cubre. Sin embargo, aún hoy impresiona ver sus esqueletos diseminados por el término municipal del pueblo. Una visita a los restos de estos corrales nos ayudará a entender la importancia que tuvo y como fue la ganadería tradicional que se desarrollo durante siglos en el municipio de Undués.