El molino harinero de Undués

Durante siglos el pueblo de Undués de Lerda contó con un molino harinero propio situado en el arroyo cerca del pueblo (ver localización). La primera cita histórica sobre un molino data de 1305 cuando se menciona en los privilegios que el rey Jaime II le dio a la villa de La Real y que luego serán concedidos a Undués. Otra cita a la presencia de molino en el pueblo aparece en el pergamino de Undués fechado en 1513.

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Edificio reconstruido de la molienda

La cita más antigua y fidedigna sobre el molino del pueblo aparece en el inventario del archivo parroquial que se realizó en 1791. En dicho inventario se hizo constancia de un documento, hoy desaparecido, fechado en 1721 en el cual se dice: “Papel del padre cillerero de Leyre, por el cual se ve que el molino, hoy derruido, inmediato a Undués tenía parte este pueblo con dicho monasterio”. Este documento nos habla de la propiedad compartida de este molino entre el pueblo y el monasterio de San Salvador de Leyre. A su vez nos indica que a comienzos del S. XVIII el molino de Undués estaba en desuso y posiblemente en ruinas. Posteriormente el molino se reconstruyó, y fue a finales del S. XIX cuando se abandonó definitivamente, desmantelándolo y trasladando sus piedras de moler al molino de Ruesta. En el año 2011, se procedió a la reconstrucción del edificio del molino tal y como se puede apreciar en la actualidad.

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Marca de cantero en una de las piedras del cubo

Los arroyos que nacen y surcan el término municipal de Undués de Lerda no son de gran caudal. Por ello, la fuerza de sus aguas no es suficiente para mover grandes norias como las utilizadas en los molinos llamados de tipo hidráulico. Tampoco, existen grandes saltos de agua que se pueda utilizar para hacer caer el agua sobre una rueda para mover los mecanismos de molienda. Por ello, el molino de Undués se tuvo que adaptar a las características hidrológicas del lugar. Las partes móviles del molino de Undués se movían aprovechando el peso de una gran columna de agua que se almacenaba en una cisterna o cubo. Estos molinos que usan este tipo de mecanismo se denominan molinos de tipo cubo.

La cisterna del molino de Undués está en la parte trasera del edificio, presenta una base circular de unos 11 metros de alto por 3 de diámetro que podría almacenar hasta 50000 litros de agua. Esta cisterna esta construida en su totalidad por piedra sillar, presentando los sillares abundantes marcas de canteros. La cisterna evacuaba el agua por un orificio pequeño situado en su parte baja, el agua caía a gran presión sobre una rueda dentada denominada rodezno que se encontraba en la parte baja del edificio (también llamada cárcavo). El movimiento del rodezno se transmitía mediante un eje vertical, llamado árbol, a un aparejo en la parte alta del edificio donde se colocaba un juego de piedras de moler o muelas. Este conjunto de piedras estaba formada por dos muelas una encima de la otra. La de la parte inferior estaba inmóvil (denominada solera) por el contrario la de arriba (denominada volandera) giraba como consecuencia del movimiento que le transmitía el árbol.

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Detalle del desagüe del cubo del molino

Los granos de trigo se echaban por un orificio situado en la piedra volandera  y se convertía en harina debido a la fricción que una piedra ejercía sobre la otra. El agua que movía el molino se almacenaba en un pequeño restaño que se encontraba en la parte superior de la cisterna.

Los últimos molineros

Durante el S. XIX el molino de Undués estaba en funcionamiento y pertenecía al ayuntamiento del lugar. Esto nos consta por el hallazgo de la documentación de uno de los últimos contratos que se le hizo al molinero.  La adjudicación del molino se hacia mediante subasta pública por un periodo limitado de tiempo. El 15 de noviembre de 1847 se reunió el ayuntamiento del pueblo para fijar la clausulas del nuevo contrato de arrendamiento del molino del lugar. El arrendatario se comprometía a ser cuidadoso con la infraestructura, en caso contrario correría con el costo de los desperfectos que se ocasionaran durante el año de arriendo dentro y fuera de la instalación. Correría a cargo del Ayuntamiento la reparación de las muelas y la cubierta del molino. El molinero se comprometía a tener la instalación abierta para cuando se quisieran hacer moliendas de cualquier clase. Podría exigir por ello 3 almudes por cada cahíz que se moliese. Tenían preferencia los vecinos del lugar, no pudiendo negar el uso del molino a ningún vecino del pueblo.  En tiempo de riego, el molinero solo podía hacer uso del agua sobrante que corría por el arroyo. En caso de sequía extrema se debía soltar agua del restaño para que se regaran los huertos que estaban aguas abajo del molino.

Tenemos constancia de dos molineros que ejercieron su oficio durante el S. XIX. El más antiguo de ellos fue Felipe Ortiz, quien tuvo el arriendo en 1834. José Zamborán lo arrendó en 1848 por el precio de 1580 reales de vellón.

Reconstrucción del molino de Undués de Lerda

Después de la segunda mitad del siglo XIX no tenemos más noticias de que el molino estuviera en uso. El molino fue abandonado. Las piedras del molino se llevaron al de Ruesta, el cubo se cubrió de escombros y parte de sus piedras de la parte superior se llevaron para construir lo que se denomina la pasada en el río del lugar. Además, el edificio desapareció completamente quedando sólo visibles los contrafuertes que sujetaban el cubo. La Asociación Cultural Respún colaboró con el Ayuntamiento del pueblo en la reconstrucción del molino. Se limpio completamente el cubo quedando a la luz la magnífica obra de cantería de esta estructura. Se sacaron los cimientos del edificio de molienda y se reconstruyó el edificio utilizando sus materiales originales.